Poesía desaseada, arrojada al retrete pupilente,
Poesía que se mueve entre círculos del tiempo,
Poseída por lacayos, por viajeros somnolientos,
Poseída en voces idas, en la boca del sediento.
Detenidos en letras, figuras y tormentos,
Detenidos con firmeza, ríos turbios de grandeza,
Reverdecen al caído perforando
su silencio
Huidas repentinas, saber sin contratiempos,
En la sombras de lo añejo se perciben los misterios,
Paralelos de razones diluidos por presagios,
Signos y adagios denotando el sentimiento,
Indeleble atardecer, hojas que retumban por el viento,
Pensadores amables de esta herencia
de cobardes,
Desdichada decadencia de letargos profanados,
Reproduciendo estas olas, perdidos en aposentos.