Un cuerpo frío con manos trémulas,
Ensoñación latente de la hora muerta,
La curvatura de su rojo labial,
Lisonja del tacto que resplandece,
Ardiendo las penumbras de un alma ausente.
Arrabal de emociones fundidas al abrazo,
Su boca, recinto de relámpagos y ocasos,
Radar en la memoria, brillar sin esconderse,
Medir así gloria de voces que no duermen.