He pecado al deseo constante de estar a su lado,
he pecado al murmurar su nombre a destiempo,
náufrago de un mundo azulado,
de palpitaciones perpetuas con sus ojos abiertos.
He pecado al caminar a su lado y olvidar el pasado,
borrando astillas de otros veleros,
he pecado por la prisa,
he pecado a la caricia de su piel al descubierto,
he pecado al aliento de un próximo encuentro,
he pecado al no querer soltar su mano,
y adelantarme al destino de un devenir eterno.
En un día que agoniza, me pierdo en su sonrisa que acaricia el recuerdo.
KPBP