Tres años con más de mil
días,
Crecer sin espantos, sin voces
en duelo
Perderse en los labios,
naufragio de besos,
Vencer los destierros que
olvido en silencio,
Invocando al ruido del latido
sumergido en su pecho.
Sonrisas que marchan con palabras
nuevas,
Y aromas de ensueños en su
cuello quedan,
El fino hilo entretejido nos
va uniendo,
Hallando el camino del amor a
contraviento.
Refugio y salida
Luz y centella
Ardor a la vida
No hay dudas, es ella.