martes, 6 de mayo de 2025

1096

 

Tres años con más de mil días,

Crecer sin espantos, sin voces en duelo

Perderse en los labios, naufragio de besos,

Vencer los destierros que olvido en silencio,

Invocando al ruido del latido sumergido en su pecho.

 

Sonrisas que marchan con palabras nuevas,

Y aromas de ensueños en su cuello quedan,

El fino hilo entretejido nos va uniendo,

Hallando el camino del amor a contraviento.

 

Refugio y salida

Luz y centella

Ardor a la vida

No hay dudas, es ella.

 

sábado, 26 de abril de 2025

Amor febril

 

Te recuerdo con la lluvia de abril,

Con las nubes grises de nuestro ayer,

Te recuerdo en silencio, amor febril

Con palabras amargas, rotas al caer.

 

Y la luna deambula sin ilusión,

Y las horas transcurren en cada trecho,

Adiós en otros cuerpos sin devoción,

Adiós que se congela entre mi pecho.

 

Hoy la duda se encuentra en la ventana abierta,

Susurra a mi espalda y viste descalza,

En el cuerpo yerto de la espera,

Descansa en mi viejo sillón marrón,

Íntimos sonidos de un techo sin nido,

Entretenidos en el olvido.

lunes, 24 de marzo de 2025

Guerra


En la estrecha calle, escucho tu nombre,
tras las sombras de lúgubres transeúntes,
atados a cadenas que se oxidan con el tiempo.

Te busco en las hojas que se ocultan en la noche,
escondidas tras el frío feroz que se infiltra como arañas,
buscando refugio y alimento.

 

Te busco en las noches, en las grietas de la memoria,
en las voces del que aún no ha nacido,
en los ojos del insomne,
en el insípido olvido que una vez torturamos
y juramos vencer con el paso de los años.

 

Ahora solo te busco en los espejos,
donde en las tibias noches te observo,
te susurro entre silencios,
perdido en las cicatrices,
en las larvas de un fruto podrido,
en el honor y sus escasas raíces.

 

Perdido en el juego de los años,
perdido entre amapolas y guerras.
Mi cuerpo es escaño de glorias ajenas,
mi cuerpo es el campo de fosas perpetuas.


viernes, 10 de enero de 2025

Palabras desnudas

El poeta desviste las palabras,

Las toca, una a una, dejando su huella.
Y en la tinta se le escurren las caricias de la espera.
Juega con la luna, con las piedras de la tierra,
se baña en los ríos de amargos desengaños, sin cadenas.
Busca el refugio de los besos desterrados,
del pasado que atrapa, que esconde y que mata.

El poeta desviste las palabras,
cree en las voces que reposan en la piel,
en la infinita espesura de la noche, su noche,
en el verbo que estrella con los astros,
que viaja solitario en cada mañana,
donde se esconde el bullicio
y se palpita con el alma anestesiada,
esa alma que grita tras la ausencia.
Sin reparos, los temores se apagan.


1096

  Tres años con más de mil días, Crecer sin espantos, sin voces en duelo Perderse en los labios, naufragio de besos, Vencer los destie...