Herida a la ira, herida al desconsuelo,
la confianza camina con pausa y el dolor está abierto:
Padre nuestro que estás en los cielos,
ataca al cobarde, al ladrón, al pilluelo,
tu mirada es esquiva y esconde al enfermo
Santificado sea tu olvido, el enigma de lo ajeno
Venga a nosotros el muerto, el díscolo, el perverso
Hagase tu mala voluntad, en la tierra del destierro
Perdona nuestra pobreza, nuestra calma e indiferencia
no nos dejes caer en tu maldición, la bienvenida a tu falso reino.
Ahida Ortiz- Desesperación
No hay comentarios.:
Publicar un comentario