La vida consiente, vulgar e impaciente,
La vida que estallas con chispa y con
huellas,
Asilo de suerte, sin patria ni vientre,
Temor al vacío, al destierro de Ovidio.
La vida entre espantos, rumores y cantos,
La vida que atrapan tus pétalos blancos.
Quiebra el silencio, desprende el ego,
Corre las cortinas de los falsos credos,
Abre tus mañanas y escala al cielo,
Cuida la palabra labrada con hierro,
Detén la risa y enciende el fuego,
Quédate en cenizas, arrastra tus miedos.
Pierde así la prisa, vuelve hacia el secreto,
De la oscura vida que espera reencuentros.
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