Una caída como la de Alonso Quijada,
un caballo de acero que en la acera se estropeaba,
no fueron molinos al viento, fue la biela al descuido,
y al son de la salsa la sangre iba cayendo.
Cadena de miedos, andar con rodeos,
la sílaba fresca que se esconde en el verso,
profunda herida, visibles los huesos,
cúmulo de llanto que la tarde fue tallando.
Camino sin paz, dolor y quebranto,
dinero falaz, confuso y precario,
ocho puntos atados a la memoria,
pedalear con la prisa del semáforo en alto.
Gabriela Garnica- Bicicleta
No hay comentarios.:
Publicar un comentario