martes, 8 de noviembre de 2016

Imaginacción

El hombre en el transcurso de la historia ha usado su imaginación para pensar en otras posibilidades de ver el mundo, de vivirlo. Gracias a este enriquecedor ejercicio se han gestado grandes avances que ayudan a este a alcanzar una  vida más placentera, ahora bien, es oportuno aclarar que esta imaginación no solo ha sido un instrumento generador de placer, también ha causado potentes sufrimientos para la humanidad, todo depende de la persona que lleve el As del poder bajo la manga y use está herramienta  a favor o en contra de los demás.
Con la imaginación se han construido grandes imperios pero a su vez se han destruido lugares enteros, verbigracia de ello es el uso de armas para dominar al ser que es diferente, exterminarlo como sucedió en las famosas guerras mundiales y muchas otras que el hombre desconoce o arroja de su habitación de recuerdos. Ante todas estas acciones que se ha llevado el pasado y se edifican en el ahora, es  importante destacar ese ejercicio que emanó la sociedad que hoy representamos, de la que hacemos parte: EL ACTO DE IMAGINAR

Palabra que se escucha desde el génesis de nuestros tiempos, acuñada erróneamente a pocos, detonante  del núcleo del arte, de la inspiración de los poetas, de los pintores y todos los hombres que han encendido una luz hacia  las nuevas formas de contemplar la vida, ya sea alabándola  o destruyéndola.

La imaginación, como resalta el filósofo francés Gaston Bacherlad “se centra en la miniatura, los valores se condensan y enriquecen” (1957) se deduce  que para desarrollar grandes cosas y ejercer una vida enriquecedora, se debe construir el espacio, observando los pequeños detalles, como lo haría un detective que para llegar a encontrar la respuesta de su caso debe reunir todas las pistas que encuentra a su paso y armar ese rompecabezas de lo micro para poder generalizar y resolver sus planteamientos.
Por ello, es necesario valorar cada elemento que se tiene en el espacio, pensar que somos una miniatura y este mundo es un laberinto que arroja grandes pistas, estas viven entre nosotros, esperando esa mirada que despierte al gran soñador de pasiones escondidas que se esconde en cada corazón hacedor de ilusiones.


Escrito elaborado después de leer el capítulo “miniaturas” del libro “la poética del espacio” (1957) del escritor Francés: Gaston Bacherlad

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